Señor Director:
"En respuesta a Roxana Perazza, secretaria de Educación de Buenos Aires, el señor Guillermo Yeatts dice el 26 de junio: «La dicotomía no es entre escuelas privadas y municipales, sino entre monopolio y competencia. Los más pobres también tienen derecho a elegir.», siendo el «vale educativo» la forma de instrumentarlo.
"Cabe señalar que el sistema educativo impulsado por la generación del 80 fue montado en las antípodas de la competencia del mercado. La planificación inclusiva de la ley 1420 se contrapone con la idea de que las escuelas son oferentes de un producto «educación» cuyos demandantes son las familias.
"La visión pro mercado sostiene que los oferentes compiten por el «vale educativo» que el Estado ha otorgado a los demandantes. Así se supone que se asignan recursos con eficiencia. En el óptimo económico los oferentes ineficientes desaparecen al no tener demandantes de sus productos.
"La lógica descripta, irrefutable en los mercados de competencia perfecta, no funciona cuando el producto no es un commodity.
"Comprar soja a cualquier productor es indistinto, pero la educación no es un producto homogéneo.
"El mercado educativo es un mercado imperfecto. En él conviven oferta segmentada, información asimétrica, inmovilidad de factores productivos y valores no mercantiles. La demanda de las familias, crisis social de por medio, está marcada por la fragmentación y la desigualdad.
"En este contexto, cualquier política pro-competencia generará efectos perversos, comenzando por aquellos basados en el racionamiento de la oferta, que en el caso de la educación se expresará en colegios con cuotas más caras y mecanismos de selección alejados del mérito.
"El problema central de la educación argentina es la dramática oposición entre dos guetos: aquellos que pueden pagar y quienes no.
"El actual sistema no privilegia la movilidad económica ni la diversidad. No modifica la estructura social bipolar de nuestro país, la reproduce.
"Luego de años de decadencia, revalorizar y actualizar la ley 1420 y su impacto social es más importante que mirar a Chile."
Gonzalo Berra - Carta de Lectores publicada en La Nación.
"En respuesta a Roxana Perazza, secretaria de Educación de Buenos Aires, el señor Guillermo Yeatts dice el 26 de junio: «La dicotomía no es entre escuelas privadas y municipales, sino entre monopolio y competencia. Los más pobres también tienen derecho a elegir.», siendo el «vale educativo» la forma de instrumentarlo.
"Cabe señalar que el sistema educativo impulsado por la generación del 80 fue montado en las antípodas de la competencia del mercado. La planificación inclusiva de la ley 1420 se contrapone con la idea de que las escuelas son oferentes de un producto «educación» cuyos demandantes son las familias.
"La visión pro mercado sostiene que los oferentes compiten por el «vale educativo» que el Estado ha otorgado a los demandantes. Así se supone que se asignan recursos con eficiencia. En el óptimo económico los oferentes ineficientes desaparecen al no tener demandantes de sus productos.
"La lógica descripta, irrefutable en los mercados de competencia perfecta, no funciona cuando el producto no es un commodity.
"Comprar soja a cualquier productor es indistinto, pero la educación no es un producto homogéneo.
"El mercado educativo es un mercado imperfecto. En él conviven oferta segmentada, información asimétrica, inmovilidad de factores productivos y valores no mercantiles. La demanda de las familias, crisis social de por medio, está marcada por la fragmentación y la desigualdad.
"En este contexto, cualquier política pro-competencia generará efectos perversos, comenzando por aquellos basados en el racionamiento de la oferta, que en el caso de la educación se expresará en colegios con cuotas más caras y mecanismos de selección alejados del mérito.
"El problema central de la educación argentina es la dramática oposición entre dos guetos: aquellos que pueden pagar y quienes no.
"El actual sistema no privilegia la movilidad económica ni la diversidad. No modifica la estructura social bipolar de nuestro país, la reproduce.
"Luego de años de decadencia, revalorizar y actualizar la ley 1420 y su impacto social es más importante que mirar a Chile."
Gonzalo Berra - Carta de Lectores publicada en La Nación.
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