Hacía el año 1995, Rodolfo Terragno se convertía en el Presidente de la Unión Cívica Radical y yo hacía realidad mi sueño. Conseguía que Internet fuera mi trabajo, haciéndome cargo del “Gabinete de Computación” de la histórica casa radical, con presupuesto para modernizar las “Spectrum” con 10 años de vida que todavía habitaban, en la era de la PC, en el lugar. A través del correo electrónico, que ya funcionaba sobre Windows y sobre Outlook, me puse en contacto con MIT y con un estudiante, Mark Bonchek, que estaba escribiendo su tesis doctoral “Grassroots in Cyberspace”, la utilización de Internet para la acción ciudadana. El equipo de informática tomó esa tesis como modelo y la aplicó para montar en Internet la presencia de uno de los partidos políticos más antiguos de Latinoamérica. ¡Qué lío se armó! ¡Cuántas resistencias! Al poco tiempo, quienes más alejados estaban de los centros de información y por lo tanto de poder, vieron con claridad la utilidad de contar con información en ti...