La forma en que los medios de comunicación accederán a sus destinatarios está en pleno proceso de evolución.
Esa evolución tiene un nombre: convergencia.
En el pasado, la televisión, los medios gráficos, la radio, el correo y el teléfono fueron las formas en que los medios accedían a los ciudadanos que durante años se entrenaron para utilizar las tecnologías implícitas en cada uno de ellos.
Apuntar la antena para tener buena señal, girar una perilla para cambiar de estación, ajustar “el vertical”, agitar una manija para generar electricidad, decodificar un control remoto, apretar “send” para realizar una llamada, limpiarse los dedos por la tinta de un diario. Escenas de la vida cotidiana que grafican una aprendizaje tecnológico.
Cada medio, con sus mañas, con su forma específica de ser usado.
En el futuro, los medios de comunicación, utilizarán una sola tecnología: TCP / IP. El protocolo de transmisión de Internet, cambió el mundo. Diarios digitales, IP TV, VoIP, Radios digitales, correo electrónico.
Este cambio radical implica cambios de hábitos, de usos y un nuevo proceso de aprendizaje por parte de los ciudadanos.
La envergadura del cambio impide esbozar acabadamente una visión cerrada del futuro. Sin embargo, resulta imprescindible fijar puntos de llegada eventuales, escenarios alternativos y complementarios para cualquier emprendimiento vinculado a un medio de comunicación que quiera, en principio, sobrevivir. El pasado, sin dudas, es la tierra de nuestros ancestros. El futuro, como pocas veces en la historia de la humanidad, no está escrito y por lo tanto es el lugar de las oportunidades.
Los actores del pasado, no serán necesariamente, los actores principales del futuro.
¿Qué valor tiene hoy un canal de aire que acostumbrado al monopolio de la transmisión broadcast, competirá con miríadas de señales digitales?
¿Qué valor tiene hoy una frecuencia de radio que competirá con radios digitales con una calidad infinitamente superior?
¿Qué valor tiene un diario, cuya información pierde vigencia mientras está siendo impreso?
¿Qué valor tiene una empresa telefónica analógico, si con unos pocos miles de dólares se puede montar una operación IP que borra la distancias geográficas para comunicarse?
¿Cuántos buzones quedan en las esquinas de una gran ciudad?
El desafío es infinito y apasionante. La oportunidad: única.
Web 2.0.
La burbuja .Com, como todas las burbujas especulativas, explotó.
Sin embargo, las razones inherentes a su surgimiento siguen intactas. No fue la muerte de una industria, sino un ajuste, un cambio dentro de su proceso de crecimiento.
El avance de la banda ancha y el progreso y la estandarización en las tecnologías que hacen uso de Internet, son las dos razones excluyente de su crecimiento futuro.
El lanzamiento de Netscape fue el punto de partida de la Web 1.0.
Youtube.com. es el inicio de la nueva era.
Ayer fueron Altavista, Yahoo y AOL.
Hoy Google, Vonage, IPod, Faceebok, SMS.
Web 2.0 es la convergencia.
Esa evolución tiene un nombre: convergencia.
En el pasado, la televisión, los medios gráficos, la radio, el correo y el teléfono fueron las formas en que los medios accedían a los ciudadanos que durante años se entrenaron para utilizar las tecnologías implícitas en cada uno de ellos.
Apuntar la antena para tener buena señal, girar una perilla para cambiar de estación, ajustar “el vertical”, agitar una manija para generar electricidad, decodificar un control remoto, apretar “send” para realizar una llamada, limpiarse los dedos por la tinta de un diario. Escenas de la vida cotidiana que grafican una aprendizaje tecnológico.
Cada medio, con sus mañas, con su forma específica de ser usado.
En el futuro, los medios de comunicación, utilizarán una sola tecnología: TCP / IP. El protocolo de transmisión de Internet, cambió el mundo. Diarios digitales, IP TV, VoIP, Radios digitales, correo electrónico.
Este cambio radical implica cambios de hábitos, de usos y un nuevo proceso de aprendizaje por parte de los ciudadanos.
La envergadura del cambio impide esbozar acabadamente una visión cerrada del futuro. Sin embargo, resulta imprescindible fijar puntos de llegada eventuales, escenarios alternativos y complementarios para cualquier emprendimiento vinculado a un medio de comunicación que quiera, en principio, sobrevivir. El pasado, sin dudas, es la tierra de nuestros ancestros. El futuro, como pocas veces en la historia de la humanidad, no está escrito y por lo tanto es el lugar de las oportunidades.
Los actores del pasado, no serán necesariamente, los actores principales del futuro.
¿Qué valor tiene hoy un canal de aire que acostumbrado al monopolio de la transmisión broadcast, competirá con miríadas de señales digitales?
¿Qué valor tiene hoy una frecuencia de radio que competirá con radios digitales con una calidad infinitamente superior?
¿Qué valor tiene un diario, cuya información pierde vigencia mientras está siendo impreso?
¿Qué valor tiene una empresa telefónica analógico, si con unos pocos miles de dólares se puede montar una operación IP que borra la distancias geográficas para comunicarse?
¿Cuántos buzones quedan en las esquinas de una gran ciudad?
El desafío es infinito y apasionante. La oportunidad: única.
Web 2.0.
La burbuja .Com, como todas las burbujas especulativas, explotó.
Sin embargo, las razones inherentes a su surgimiento siguen intactas. No fue la muerte de una industria, sino un ajuste, un cambio dentro de su proceso de crecimiento.
El avance de la banda ancha y el progreso y la estandarización en las tecnologías que hacen uso de Internet, son las dos razones excluyente de su crecimiento futuro.
El lanzamiento de Netscape fue el punto de partida de la Web 1.0.
Youtube.com. es el inicio de la nueva era.
Ayer fueron Altavista, Yahoo y AOL.
Hoy Google, Vonage, IPod, Faceebok, SMS.
Web 2.0 es la convergencia.
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