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La puerta giratoria del justicialismo.

Era un diario desarrollista, cuya sección Clasificados le permitía subsistir económicamente y que en 1976, había tomado el control de Papel Prensa.
Durante el Gobierno Menem, adquirió radio Mitre, canal 13, armó entre otros, Multicanal, TN y Olé.
En 1997 ingresa al mercado de telecomunicaciones a través de Ciudad Internet.
Como tantos argentinos, licuó su deudas en argendólares con la pesificación de Duhalde.
En 2002  la modificación de la ley de quiebras impidió que los acreedores tomaran el control del grupo.
En 2003, durante el gobierno Kirchner, Jorge Capitanich y Miguel Angel Pichetto presentaron una nueva modificación de la ley de quiebras que fortaleció el logro del acuerdo preventivo con sus acreedores.
La ley 25.750, sancionada en junio de 2004, denominada la “Ley Clarín”, que protege a los medios de comunicación frente a los grupos extranjeros, le permitió ordenar su concurso preventivo.
Nestor terminó como empezó. El 7/12/2007 aprobó la fusión de Cablevisión y Multicanal, quedando el paquete accionario en manos del Grupo Clarín. Fibertel adentro.
No es menor, los mercados de telecomunicaciones y de medios de comunicación son cada vez más indistinguibles, merced al avance tecnológico.
Es la versión 2.0 de las concesiones menemistas.
El justicialismo, en todas sus vertientes, fue la clave para que el Grupo consolidara su poder. El grupo es clave para que el justicialismo se mantenga en el poder.
La pelea K con Clarin es la interna justicialista.
El justicialismo gobernó “por derecha” en los 90.
Gobierna “por izquierda” en los 2000.
Aspira a gobernar en la próxima, nuevamente por derecha.
Cambian los nombres de los líderes del movimiento, pero los funcionarios intermedios son casi siempre los mismos.
¿Cómo puede ser que un mismo partido sea capaz de convencer a la sociedad con ideas tan opuestas?
Hay muchas respuestas posibles.
Entre ellas habría que ponderar la influencia y los intereses del Grupo Clarín en el debate público de la democracia argentina.


PD: durante el Gobierno de Raul Alfonsín, Clarín no pudo tomar Canal 13.

Comentarios

  1. El Peronismo es una maquinaria para acceder al poder, no un partido político. El Radicalismo también es un movimiento popular que el Peronismo corrió a la derecha y que perdió totalmente la identidad. Lo único coherente en Argentina son los Conservadores que tienen muy claro que la política es una herramienta para mantener sus privilegios y la izquierda intelectual que tiene muy claro que la pólítica es una herramienta para levantarse minas. Franco

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  2. Durante el gobierno de Alfonsin, Clarin no pudo amenazarlo con reducirle el apoyo popular, hacerle pelota su sustento politico ante la clase media, ni con sacarlo por la ventana. Ya que Alfonsin se les adelanto.

    Es la famosa estrategia del suicida que le quita la capacidad de chantaje a quien lo apunta con un arma.

    ResponderEliminar
  3. Bosnio, qué facil resulta opinar hoy de los 80. No hay deuda externa, porque la defaulteó Rodriguez Saa, hay superávit gemelo porque Duhalde devaluó y China compra soja, no hay aparato represivo porque Alfonsín lo desmanteló.
    Salud!

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