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X Generation

Se pueden decir muchas cosas de Massa, la mayoría de ellas ya las hemos leído. Que fue de la UCEDE, que se hizo peronista de la mano de los Camaño antes del divorcio, que desde el Anses aprovechó los tiempos del viento de cola de los comodities que dejaban veinte mil millones de reservas netas en el BCRA, que salva el gobierno del Frente de Todos, que es el político con mejor relación con la embajada, etc. etc.
Massa fue Jefe de Gabinete de la Nación en el 2008. Tenía 36 años o algo así. Un pibe. No es poco, se aprende mucho desde la cabeza de la administración pública. En el 2009 se peleó con Cristina. Fue intendente de Tigre y en 2013 compitió contra el kirchnerismo en las elecciones para diputados nacionales. Les ganó y, dato no menor, su triunfo significó el fin de cualquier ambición reeleccionista de CFK. Todos pensaban que era número puesto en 2015 y los radicales quisimos sumarlo hasta último momento a Cambiemos. Macri, que ya quería gobernar en soledad sin nadie que lo condicione, lo rechazó. 
Sin embargo, la presencia del UNA en las PASO de 2015 -en las que compitieron Massa y De la Sota por la candidatura presidencial- fue determinante para la continuidad de aquel oficialismo. Gracias a la división del peronismo (Massa (20%), Scioli sacó menos del 40% de los votos (38) y Macri, gracias a los votos de Sanz y Carrió quedó a menos de 10 puntos de difrerencia, sentando las bases para ganar el ballotage.
Ingrato siempre, Macri no le reconoció ni a sus socios ni a Massa que les debía la presidencia. A la UCR la despreció y a Carrió la administró en su locura. A Sergio lo llamó “ventajita”. 
No le fue bien a Sergio en esos años y la lista que lo llevaba como senador salió tercera en PBA en 2017.
El fin catastrófico del gobierno del PRO, la desesperación popular, la derrota y quien sabe cuántas cosas mas, hicieron que Massa acudiera a la Unidad Peronista, Los Jefes de Gobierno de Néstor, de Cristina y Cristina misma. Juntos en un frente, todos.
Massa retoma la vereda del sol, luego de un eclipse de 2 años (2017-2019). El mismo que gobernó con CFK, el que le impidió la reelección, el mismo que facilitó el triunfo de Macri, el que fue a Davos siendo opositor, el que gobierna con Morales en Jujuy. 
Dirigente destacado de la generación X, a los 50 años, este abogado de la Universidad de Belgrano promoción 2013 vuelve al poder con mucho olor a Lavagna. Con Marco, con mas canas, con el vasco, con Tombo. La primera fila de la conferencia de prensa con tantos machos, tantos trajes grises, tantos zapatos lustrados y corbatas, intimidó. Un descuido significativo, al igual que el sonido de los micrófonos hasta pasada la media hora de conferencia, para alguien con tanta experiencia.
Pero acá están, remixados.
Vuelven prometiendo reservas, repos, créditos de organismos multilaterales, liquidación anticipadas de divisas. Algunos calculan 15.000 millones, fruto de años de cultivar el mundo financiero y la embajada. Música para los oídos de una clase media que gana mucha mas plata con el peronismo pero quiere ahorrar el excedente dólares y consumirlos en el exterior, un tic neurótico obsesivo colectivo que no resiste ninguna lógica aritmética ni social.
Y el resto lo mismo, quizás porque no haya mucho mas racional para hacer que lo que se venía haciendo con una economía golpeada por la guerra, con una sociedad exhausta por la pandemia, con la herencia infausta de Macri y con una clase política que no puede girar la vista de su ombligo.  
Massa se prepara hace dos años para tomar el gobierno del FDT en muchos sentidos, con énfasis notorio en el económico.
Que le vaya bien, ojalá, por el bien de todos los argentinos.


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