Busqué mis interacciones pasadas con el Presidente. Encontré que en 2019, Martín Rapetti (@Mgrapetti) había posteado una reflexión sobre la evolución de las tarifas y los precios (video del almuerzo incluido), a raíz de una intervención de Milei en un programa de Mirtha Legrand. Como siempre sucede con las intervenciones públicas de Martin, un gran economista, su tweet era respetuoso, prudente y educado.
@Jmilei le respondió textual el 8/1/19 “PEDAZE DE PELOTUDE SUBNORMAL, sería bueno que escuches el argumente complete. Acaso tu estreche mente keynesiane no te permite entender el argumente de la convalidación monetaría FORRE?”
Literal, las mayúsculas y las “e” NO son mías.
Sentí que debía contestarle y mi única respuesta fue: “Tu violencia no alcanza para esconder tu falta de ideas”. Ese fue mi único intercambio directo con el Presidente.
¿Promueve la libertad el bloqueo de cuentas por parte de las autoridades de un país?
En “Caída Libre”, el episodio 1 de la temporada 3 de Black Mirror (Netflix), se abordan temas relacionados con el control de la información y la interacción en una sociedad distópica obsesionada con las calificaciones en las redes sociales. Las interacciones diarias de las personas afectan su puntaje y su estatus social.
“Caída libre” ilustra de manera impactante cómo las dinámicas en las redes sociales afectan la forma en que las personas se comunican y son percibidas por los otros.
Cuando un Presidente bloquea a alguien, lo está calificando.
Es una limitación a la participación pública. Incluso podría ser visto como el germen de una “lista negra” en relación a la comunicación transparente y el acceso a la información.
Todo esto ha sido objeto de debates legales y éticos en el mundo.
En 2018, la jueza federal de Nueva York Naomi Reice Buchwald dictaminó que ni el entonces presidente de Estados Unidos, ni ningún funcionario del gobierno, tenían derecho a bloquear a los seguidores que lo critican en la red social Twitter, ya que los comentarios de los usuarios están amparados por la primera enmienda de la Constitución Norteamericana. Están ejerciendo la libertad de expresión.
En 2012 Human Watch Rights acreditó que el entonces presidente Bolsonaro estaba bloqueando cientos de brasileños en las redes.
“El presidente Bolsonaro utiliza las redes sociales como un importante medio de comunicación e interacción con el público”, explicó María Laura Cananeu, directora para Brasil de Human Rights Watch. “Pero está intentando eliminar de sus cuentas en las redes sociales a las personas e instituciones que no están de acuerdo con él, y así convertir esas redes en espacios donde solamente se admiten los aplausos, como parte de una estrategia más amplia para silenciar o marginar a quienes lo critican”.
Probablemente @Jmilei me bloqueó hace tiempo, al igual que a muchos otros, antes del ballotage cuando no tenía poder institucional. La democracia, las elecciones limpias, quisieron que hoy sea el Presidente de la República.
Es hora de que el máximo funcionario público, en cumplimiento de sus deberes y de la Constitución Nacional, desregule el acceso a sus tweets.
Sea desde “Viva la Libertad de Tuitear carajo” o “Un médico a la derecha para los argentinos bloqueados” -yo sigo prefiriendo el cuidado y la amabilidad- no construyamos una sociedad con una parte de la ciudadanía con los ojos vendados.
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