El PBI de casi todos los países emergentes, crece desde hace una década a un ritmo mayor que el de las economías centrales. Acortan las diferencias en sus niveles de riqueza con los países desarrollados.
Pero no todos lo están haciendo con la misma estrategia, ni a la misma velocidad.
China fijó un tipo de cambio infravalorado, lo que abarató mano de obra y le permitió ser muy competitiva. Basó su crecimiento en el superávit comercial que alimenta el crecimiento de las reservas.
Brasil tiene por la estrategia opuesta.
Según The Economist, el Real tiene una sobre valuación del 34% mientras China tiene subvaluada su moneda un 47%.
El crecimiento Chino, impulsó el precio de los alimentos y del petróleo. Brasil se benefició del aumento (soja) al tiempo que descubría grandes yacimientos de petróleo.
El superávit comercial brasilero es ínfimo y la cuenta corriente es deficitaria.
La tasa de interés brasilera es una de las más altas del mundo (dos dígitos). Los inversores externos entran dólares, los cambian por reales, cobran dos dígitos de interés, y vuelven a comprar dólares, incluso más barato que los que habían vendido. Ganan dos dígitos en dólares. Parecido a la política económica del peronismo de los 90.
China creció en los últimos 10 años a un promedio de 9,1% anual. El promedio brasilero es 2,93%.
Argentina recibió el aumento de los precios de los alimentos y el petróleo con un peso estaba infravalorado. Como Brasil pero con un tipo de cambio a la china. Las reservas crecían por el saldo de la balanza comercial. Desde 2003 creció a una tasa promedio de 8,3% por año.
Se creó una distorsión de precios relativos fenomenal, por ejemplo, en la energía y en la carne. En un caso se subsidia, en el otro se prohíbe exportar.
El peso se está apreciando a pasos agigantados. Acompaña a la inflación del Indec, pero la inflación real es casi el triple.
La gran tentación del gobierno – del actual y del próximo - será dejar sobrevaluar el peso como en la convertibilidad. Porque soluciona muchos problemas. Reajusta las tarifas energéticas en dólares. Soluciona la dicotomía precio interno – precio externo en los alimentos. Enriquece en dólares a la población.
Para financiarlo hay mucho espacio de endeudamiento, producto del default.
Un cambio de gobierno, permitiría recrear el famoso “clima de negocios” y volver a los mercados de crédito internacionales, adoptar el modelo brasilero.
Me surge inmediatamente la duda de cuántas de nuestras industrias seguirán manteniendo su nivel de actividad con un tipo de cambio sobrevaluado. ¿En qué medida nuestras PYMES, de prendas de vestir, de bienes de capital, de autopartes, por su competitividad, se parecen a las brasileñas más que a las chinas?
ResponderEliminarAlejandro, sin lugar a dudas muchas industrias no sobrevivirán si el peso argentino se fortalece.
ResponderEliminarEl mundo está discutiendo el valor de las monedas, porque existe un desbalance comercial a nivel global que tiene como beneficiarios a China y a los emergentes y como perjudicados a los países centrales.
Brasil está haciendo lo que USA pide que hagan los emergentes.
Aunque parece un debate local más, es el debate central en el mundo de hoy.
Y debería ser el debate central argentino.
Un abrazo.