Argentina es el país del mundo número 31 por cantidad de habitantes. Nuestra población es el 3 % de la población China, el 4% de la India, el 13% de la estadounidense, el 25% de la de Brasil.
Por superficie territorial, Argentina ocupa el lugar número 8 en el mundo. El país más grande es Rusia, 6 veces más grande que nosotros. Estados Unidos, Canadá, Brasil, China y Australia tienen entre 3 y 4 veces más territorio que nosotros. India tiene aproximadamente un 20% más de territorio que Argentina.
Australia, tiene tres veces más de territorio pero la mitad de la población.
La relación entre cantidad de habitantes y el tamaño del territorio nos lleva a la densidad.
Argentina ocupa el puesto 207 en el mundo, con 14 habitantes por kilómetro cuadrado. Canadá y Australia están aún más abajo en el ranking. Con 3 habitantes por kilómetro cuadrado ocupan los lugares 226 y 227 en el ranking.
Somos pocos y tenemos mucho territorio a disposición.
Si esto es así, hay temas prioritarios que pasan de largo en el debate público.
La comunicación no está debatida desde un punto de vista estratégico.
El transporte (trenes, autopistas y aviones) y las telecomunicacionesestán lejos de lo que necesitamos.
Nuestras fronteras están descuidadas.
El patrón demográfico de los países del Tercer Mundo consistió en una rápida y desmesurada expansión de las capitales a expensas del interior.
No digo nada original si afirmo que nuestra población está muy mal distribuida.
Somos pocos y estamos amontonados.
Y en el territorio donde nos apretamos, tenemos serios problemas de congestión y de medio ambiente.
Si EEUU tuviera la misma proporción de habitantes que Argentina en su Área Metropolitana, Washington sería una ciudad de casi cien millones de habitantes.
Una estrategia de desarrollo, un modelo, empieza por pensar cómo vivirán nuestros hijos.
Se trata, entre otras cosas, de formular una hipótesis de inserción económica para los 50 millones de argentinos en un mundo de 10.000 millones de habitantes, de planificar e invertir a partir de la definición de dónde vivirán y comunicarán esas 12 millones de familias e un inmenso territorio.
Lejos de las falsas ilusiones y la pereza intelectual del determinismo retrospectivo, se de trata de escribir una hoja en blanco, llena de oportunidades y lugar para la imaginación.
2050.
50 millones de argentinos, cifra según la ONU, en que la población de nuestro país se estabilizará.
No falta nada.
En ese año mi hija tendrá mi edad actual.
Por superficie territorial, Argentina ocupa el lugar número 8 en el mundo. El país más grande es Rusia, 6 veces más grande que nosotros. Estados Unidos, Canadá, Brasil, China y Australia tienen entre 3 y 4 veces más territorio que nosotros. India tiene aproximadamente un 20% más de territorio que Argentina.
Australia, tiene tres veces más de territorio pero la mitad de la población.
La relación entre cantidad de habitantes y el tamaño del territorio nos lleva a la densidad.
Argentina ocupa el puesto 207 en el mundo, con 14 habitantes por kilómetro cuadrado. Canadá y Australia están aún más abajo en el ranking. Con 3 habitantes por kilómetro cuadrado ocupan los lugares 226 y 227 en el ranking.
Somos pocos y tenemos mucho territorio a disposición.
Si esto es así, hay temas prioritarios que pasan de largo en el debate público.
La comunicación no está debatida desde un punto de vista estratégico.
El transporte (trenes, autopistas y aviones) y las telecomunicacionesestán lejos de lo que necesitamos.
Nuestras fronteras están descuidadas.
El patrón demográfico de los países del Tercer Mundo consistió en una rápida y desmesurada expansión de las capitales a expensas del interior.
No digo nada original si afirmo que nuestra población está muy mal distribuida.
Somos pocos y estamos amontonados.
Y en el territorio donde nos apretamos, tenemos serios problemas de congestión y de medio ambiente.
Si EEUU tuviera la misma proporción de habitantes que Argentina en su Área Metropolitana, Washington sería una ciudad de casi cien millones de habitantes.
Una estrategia de desarrollo, un modelo, empieza por pensar cómo vivirán nuestros hijos.
Se trata, entre otras cosas, de formular una hipótesis de inserción económica para los 50 millones de argentinos en un mundo de 10.000 millones de habitantes, de planificar e invertir a partir de la definición de dónde vivirán y comunicarán esas 12 millones de familias e un inmenso territorio.
Lejos de las falsas ilusiones y la pereza intelectual del determinismo retrospectivo, se de trata de escribir una hoja en blanco, llena de oportunidades y lugar para la imaginación.
2050.
50 millones de argentinos, cifra según la ONU, en que la población de nuestro país se estabilizará.
No falta nada.
En ese año mi hija tendrá mi edad actual.
Mi hijo mayor (7 años) dice que cuando él sea presidente se va a ocupar de la educación, porque si la gente "sabe", el gobierno tiene menos trabajo para arreglar lo que la gente hace mal. Y dice mi hijo menor (4 años), que cuando él sea presidente, va a arreglar el tren trasandino, porque no puede ser "que estén esas vías ahí, y no podamos usarlas... voy a hablar con el presidente de Chile, eh?". Quizás, para el 2050 algo haya cambiado. Ojalá la generación de nuestros hijos sea más "inteligente" que la nuestra.
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