Reducir cualquier fenómeno social a un indicador es siempre un proceso complejo. Imaginar el indicador, elegir y ponderar sus componentes, probarlo, medir su desempeño en el tiempo y luego interpretar sus resultados, es una actividad científica sofisticada. Alcanza con observar la discusión en torno al IPC (índice de precios al consumidor) y las barbaridades que ha hecho el gobierno en el Indec para graficar acabamente el punto. De todos los indicadores que conozco, los que siempre me han parecido menos rigurosos son los que intentan medir la "productividad", en especial cuando están hecho por empresas de consultoría empresarial. En general se utilizan para justificar ideas previas y se construyen a tal efecto. Una metología muy parecida a la que utilizan los K para dibujar la inflación todos los meses. Se ha publicado el informe PISA y los t itulares de dos diarios argentinos fueron: “Malos resultados para la educación argentina en una evaluación internacional” , “Pre